

Formentera, 1 octubre 2025
La isla de Formentera vivió ayer una jornada marcada por la inestabilidad meteorológica a causa de los restos del (ex) huracán Gabriel. La Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) activó la alerta roja por riesgo extremo de lluvias durante varias horas, un episodio que generó preocupación entre la población aunque, finalmente, no dejó daños personales.
Las precipitaciones fueron especialmente intensas y llegaron a superar los 100 litros por metro cuadrado en algunas zonas de la isla. La combinación de distintos factores atmosféricos provocó un temporal poco habitual que puso a prueba la capacidad de respuesta de los servicios de emergencia.
La alarma se extendió rápidamente entre los vecinos, especialmente tras el aviso de Protección Civil que se recibió en los teléfonos móviles cerca del mediodía. El mensaje recomendaba evitar desplazamientos y extremar las precauciones ante el riesgo de inundaciones.
Aunque la tormenta descargó con fuerza sobre Formentera, la situación se resolvió sin consecuencias graves. En contraste, Ibiza sufrió con mayor dureza el paso de la borrasca, registrando inundaciones de gran magnitud que complicaron el tráfico y la movilidad de residentes y turistas.
Una tormenta poco común
Según la AEMET, el fenómeno fue el resultado de la unión de los restos de un huracán debilitado con la entrada de vientos de levante cargados de humedad. La borrasca se describió como un sistema de gran tamaño, estable y de movimiento lento, capaz de abarcar la mitad de la península ibérica.
El portavoz de la agencia en Baleares, Miquel Gili, explicó que este tipo de situaciones podrían repetirse en el futuro y advirtió de la necesidad de adaptarse a fenómenos meteorológicos más extremos. La tormenta combinó aire frío en altura, abundante energía atmosférica y la posición estratégica de la isla para el desarrollo de nubes, lo que derivó en intensas precipitaciones.
Los Bomberos del Consell Insular de Formentera realizaron un total de 12 intervenciones entre las 14:00 y las 19:00 horas. Las actuaciones se centraron en la Savina, Sant Francesc, cala en Baster y el campo municipal de fútbol, donde se registraron inundaciones puntuales.
Ibiza, la más castigada
Antes de que las lluvias alcanzaran Formentera, Ibiza ya sufría graves consecuencias del temporal. La ciudad de Vila se inundó con imágenes impactantes de torrentes de agua cargada de barro desembocando en el puerto.
En pocas horas se acumularon más de 200 litros por metro cuadrado, lo que provocó cortes en la carretera del aeropuerto y en la primera ronda de circunvalación. Numerosos pasajeros que llegaban desde Formentera quedaron atrapados en la Estación Marítima de Ibiza, con la tensión añadida de quienes tenían vuelos programados para regresar a sus países.
Lluvia necesaria
Pese a los inconvenientes, muchos vecinos de Formentera celebraron la llegada de las precipitaciones después de un verano extremadamente seco. El agua resultará fundamental para la subsistencia del bosque y para especies autóctonas como las higueras y la vid, que mostraban claros signos de debilitamiento en muchos casos.
La lluvia llegó de forma concentrada y generó episodios de escorrentías e inundaciones, pero el balance final fue positivo: no hubo que lamentar víctimas y los daños materiales han sido limitados.

Soy Ramón Tur, quien está detrás de todo lo que se escribe y fotografía en esta web sobre Formentera.
Descubrí la isla en 1972 cuando mis padres, a bordo de la mítica Joven Dolores, me llevaron por primera vez a pasar unos días de vacaciones desde Ibiza y aquello fue un amor a primera vista que, con el paso del tiempo, se ha reforzado hasta convertir Formentera en mi lugar de residencia desde hace ya muchos años.
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