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Tragedia en Formentera

 

Un año después

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Formentera 20 de Julio de 2025

Hace un año, un trágico accidente en una playa de Formentera terminó con la vida de una bebé de apenas dos meses y dejó gravemente herido a su padre. Un desprendimiento de rocas sorprendió a la familia mientras disfrutaban de un día de vacaciones en la playa de Es Copinar. Días atrás la familia pesentó una denuncia contra diversas instituciones públicas, alegando negligencia por no haber prevenido un riesgo que, según afirman, era conocido y evitable.

El caso ha abierto un proceso judicial en Ibiza, en el que los progenitores, residentes en Mallorca, se han personado como acusación particular. Buscan esclarecer los hechos y exigir responsabilidades tanto en la vía penal como en la administrativa, apuntando directamente a una falta de actuación por parte de las administraciones responsables del mantenimiento de la costa.

Desde el accidente, la familia ha tratado de obtener información oficial sobre el suceso, pero denuncian falta de colaboración institucional. Reclaman que nunca recibieron el informe técnico encargado tras el derrumbe y que ninguna administración se ha puesto en contacto con ellos. Acusan a las autoridades de haber reaccionado solo con gestos simbólicos y de no haber mostrado un compromiso real con la investigación.

Lo ocurrido en 2024

El accidente tuvo lugar el 18 de julio de 2024 en la playa de es Copinar, al final de Migjorn, Formentera. Una familia mallorquina disfrutaba de un día de playa cuando una parte de la cornisa rocosa cedió de manera repentina. Varios bloques de gran tamaño cayeron sobre el padre y su bebé, que se encontraban justo debajo. El impacto resultó fatal para la pequeña, mientras que el padre sufrió lesiones graves que requirieron hospitalización y cirugía.

En su denuncia, los familiares aseguran que no existía ninguna señalización ni medidas preventivas en la zona del derrumbe, a pesar de que no era el primer desprendimiento ocurrido en el lugar. De hecho, citan informes y declaraciones previas que ya alertaban sobre la fragilidad de esa sección del litoral.

Las autoridades implicadas —el Consell de Formentera, el Govern balear y el Estado— son señaladas por la familia por un supuesto “funcionamiento anormal del servicio público”. Se les acusa de no haber tomado las medidas necesarias para proteger a los usuarios de la playa, y de haber ignorado señales claras de peligro.

Acción judicial

Desde el momento del accidente, la familia ha solicitado de forma reiterada información sobre lo sucedido. En marzo pidieron el informe técnico encargado tras el derrumbe, así como otros documentos relacionados con el mantenimiento y seguridad de la playa. A día de hoy, según afirman, no han recibido respuesta ni contacto por parte del Consell de Formentera.

Critican duramente lo que consideran una actitud simbólica y superficial por parte de las instituciones. En su denuncia, recuerdan que el Consell realizó un minuto de silencio tras el fallecimiento, pero que no ha existido un acompañamiento real hacia los afectados. Esta falta de empatía y colaboración agrava, según los denunciantes, el dolor causado por la pérdida.

Además de la vía penal, los familiares han activado el procedimiento contencioso-administrativo para reclamar responsabilidades patrimoniales. Han pedido al juzgado que solicite todos los informes relevantes a Costas, Guardia Civil, Policía Local, bomberos y servicios sanitarios. Esperan así esclarecer qué falló en la cadena de responsabilidades públicas.

Belleza natural y riesgo latente

La costa de Formentera, como muchas otras zonas del Mediterráneo, está formada en buena parte por piedra arenisca, un tipo de roca que se va desgastando lentamente con el paso del tiempo y la acción de los elementos. Este proceso de erosión natural genera formaciones como si fuesen balcones en la parte superior y oquedades que ofrecen sombra en la parte inferior… pero que por su fragilidad también representan un grave peligro para quienes se sitúan encima o debajo de ellas.

Es fundamental comprender que la geología actúa de forma lenta pero constante. Un saliente que hoy parece estable puede desmoronarse mañana. La belleza de estos espacios naturales no debe hacernos olvidar su fragilidad. Muchos de estos tramos costeros no cuentan con señalización ni protección, lo que incrementa el riesgo de accidentes, especialmente en épocas de alta afluencia turística.

Por eso, desde este blog recomiendo a quien visite Formentera extremar las precauciones y evitar situarse bajo cornisas o en zonas elevadas que presenten signos visibles de desgaste o fracturas. Lo que parece un refugio del sol o un mirador ideal puede, en cuestión de segundos, convertirse en una trampa mortal. La consciencia del riesgo es la mejor forma de prevenir tragedias como la vivida en la playa de Es Copinar el julio de 2024

Soy Ramón Tur, quien está detrás de todo lo que se escribe y fotografía en esta web sobre Formentera.
Descubrí la isla en 1972 cuando mis padres, a bordo de la mítica Joven Dolores, me llevaron por primera vez a pasar unos días de vacaciones desde Ibiza y aquello fue un amor a primera vista que, con el paso del tiempo, se ha reforzado hasta convertir Formentera en mi lugar de residencia desde hace ya muchos años.
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